Los serafines, “los fuegos abrasadores,” son seres angelicales asociados con la visión que tuvo Isaías de Dios en el Templo, cuando fue llamado a su ministerio profético (Isaías 6:1-7). Isaías 6:2-4 registra, “por encima de Él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo; Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de Su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.” Los serafines son ángeles que adoran continuamente a Dios.
Isaías capítulo 6 es el único lugar en la Biblia donde se menciona específicamente a los serafines. Cada serafín tenía seis alas. Utilizaban dos alas para volar, dos para cubrir sus pies, y dos para cubrir sus rostros (Isaías 6:2). Los serafines volaban sobre el trono en el cual estaba sentado Dios, cantando sus alabanzas mientras señalaban con especial atención la gloria y majestad de Dios. Aparentemente estos seres también servían como agentes de la purificación para los labios de Isaías con las palabras, “He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.” (Isaías 6:7) De manera similar a los otros tipos de ángeles santos, los serafines mantienen una perfecta obediencia a Dios. Al igual que los querubines, los serafines se enfocan particularmente en la adoración a Dios.
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